Incluir más frutas y verduras en cada comida. Son bajos en calorías y están repletos de nutrientes. Así que puedes emplearlos para “inflar” tus comidas. Del mismo modo se pueden añadir a la dieta frutas ricas en agua como la sandía o la piña que te harán sentir satisfecho rápidamente.
Cuando salgas a comer fuera de casa no vayas con hambre. Come una pieza de fruta antes de salir o un pequeño sándwich vegetal, de manera que no te lances hambrienta al plato de comida y comas más de la cuenta. Es habitual que cuando comemos fuera, comamos más cantidad y elijamos comidas más calóricas. Al menos intenta que el hambre no te domine a la hora de hacer tu elección.
Llena tus ojos con un plato repleto de comida antes de comer. Antes de sentarte a la mesa intenta haber satisfecho con mucha comida a tus ojos. Dicen que esto ayuda a que el cerebro envié más rápido la señal de saciedad al estómago y a que comas sin ansiedad porque el cerebro ha registrado que hay comida en abundancia. Parece una teoría peregrina pero a muchas personas que hacen dietas les funciona.
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